miércoles, 24 de septiembre de 2014

Promedio Rojo

Estimados Lectores:

Y cerramos la semana de la chilenidad (coincidentemente con el momento en que a la mayoría de ustedes se les está pasando la caña), con una película que, por alguna que no termino por comprender, posee una suerte de barrera de fuerza anti malas reviews. Es intocable. Cuando pregunté hace unos días a mi grupo de amigos (un cactus, un perro que habla y el tipo de las pizzas), todos parecieron estar de acuerdo que era un clásico. Lo cual está bien, a mi también me gusta bastante, pero la pregunta es: ¿qué hizo Nicolás López, uno de los directores más odiados del país, bien en Promedio Rojo que hiciera mal en el resto de su filmografía?

Protagonistas de primer nivel


Título Original: Promedio Rojo
Año: 2004
Director: Nicolás López

De hecho, reformulemos: Promedio Rojo tiene exactamente las mismas tallas malas, los mismos personajes rascas, los mismos dramones mata comedias que la trilogía "Qué Pena Tu Vida". Chistes sobre masturbación, chistes sobre sexo fallido, chistes sobre personajes fracasados que no se pueden conseguir a una mina, ¡esto es básicamente Que Pena Tu Vida, la precuela, si hasta Ariel Levy es el protagonista! Y la idea básica de aplicar la fórmula de comedia gringa American Pie a un contexto chileno está ahí, así que, ¿porqué nos da risa esta película y no la trilogía de Que Pena Tu Vida (o al menos, las dos segundas partes)? 

Antes, veamos de que se trata esta cosa: Roberto Rodríguez (Ariel Levy) es un alumno de enseñanza media del Valiño High School, quien vive encerrado en su sueño de escribir comics y hacerse famoso con ello mientras sobrevive al bulling escolar junto a sus dos amigos, el Condoro y el Papitas. Los tres están en lo más abajo de la cadena alimenticia escolar, siendo golpeados por los hombres e ignorados por las mujeres. Sin embargo, la vida de Roberto cambia cuando una nueva compañera llega al curso: Cristina Santelices.

Chistes de aborto, ¡yay!

El humor de Promedio Rojo es propio de pendejos adolescentes hormonales sin cerebro, en un extraña mezcla de tallas sobre sexo y el mundo nerd de los cómics. Y a pesar de algunas tallas un tanto vergüenza ajena (bastantes), en general, ¡funciona bastante bien! Lo admito: creí que cuando la vi por primera vez en el colegio me reí porque, bueno, era un pendejo adolescente hormonal sin cerebro, pero la verdad es que aún hoy funciona, y la razón es obvia: Promedio Rojo está encapsulada en el contexto cómico correcto, y esto es la enseñanza media, donde nosotros hacíamos las mismas tallas, donde había una fauna similar, donde el HDP del Chuchini se quedaba con todas las minas mientras yo lloraba solo en un rinc... Um, momento, eso iba en mi diario de vida.

De hecho, lo mismo puede ser aplicado a los personajes que fracasan en "Que Pena Tu Vida". Si, Roberto Rodríguez es el mismo pelmazo que el cretino de esa otra película, pero acá me lo puedo comprar porque está en el colegio, ¡uno era un pelmazo en el colegio! Por eso puedo sentir lástima e incluso empatía por su situación penosa (porque obviamente la mina no lo pesca), a pesar de ser un gordo penoso que nadie pescaría en la vida real. Por cierto, Oscar para el actor del papitas, un grande.


Lo que más me llama la atención es que por una vez Nicolás López si haya entendido como funciona algo en Chile: los colegios. O sea, sé que el resultado es una mezcla muy rara entre liceo y colegio privado, pero honestamente, si Promedio Rojo logra acaparar más respeto que sus demás películas, es porque algo hizo bien. Es más, incluso Nicolás López logra tratar temas bastantes duros como el bulling escolar (bulling en serio y no gringo), el embarazo adolescente y el aborto con humor sin llegar a ser desagradable de ver (como pasa en sus demás películas). 

Esta película es mi confirmación de que cada guión de Nicolás López es una representación de su vida. Colegio, universidad, matrimonio, familia, y esperemos: terremoto de Aftershock donde muera quemado por una banda de convictos mexicanos. Pareciera ser que el único que entendió bien fue el colegio, y que nunca llegó a madurar y convertirse en un adulto. Quizás esto sea una señal de que debería seguir haciendo películas de colegios: no le salen nada mal. No es una obra maestra en ningún sentido, es el humor más simple que puede haber, pero por lo que es, yo digo que apaña bastante. Le doy un 7.5/10. 

Atentamente, 
Farfaramir, Mr. President Of IV°C

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