domingo, 24 de mayo de 2015

DANY: Ex Machina

A veces uno evita ver películas aunque todo el mundo te diga que la veas porque es la mejor película del planeta… Al menos así me la paso yo con las películas de acción o superhéroes (uy si, esta mina no es para nada cool), y Ex Machina no parecía ser la excepción hasta que el aburrimiento llegó a mí y necesite de alguna película que ver. Así que era Shrek 8 o la película de robots… Me quedé con los robots y espero no lamentar mi decisión…




Título Original: Ex Machinna
Año: 2015
Director: Alex Garland

Mientras trabaja, Caleb recibe un mensaje en que se le informa que ha ganado un “concurso” que implica ir a conocer a su súper jefe Nathan que vive en una súper casa en las montañas. Pero la súper casa de su jefe no es una casa sino un centro de investigación subterráneo en el que se le da una tarjeta con acceso limitado y una habitación sin ventanas.

Luego de firmar un acuerdo de confidencialidad, Nathan le revela a Caleb que trabajará con él en un experimento que consiste en interactuar con una IA  (Inteligencia Artificial). Así, Caleb conoce a Ava, una máquina consciente con forma humana con a la que comienza a conocer. Caleb se siente impresionado e intrigado, pero en su primera noche, junto con el insomnio descubre que la televisión de su habitación súper cool no es una televisión común y que su jefe actúa extraño y bebe mucho… Pronto esta extrañeza se acentúa cuando Ava advierte a Caleb que Nathan no es su amigo y que no debe confiar en él.  



Apenas terminé de ver la película pensé: qué diablos voy a escribir. No porque la película fuera mala, todo lo contrario, hay tanto que decir sobre ella que no sé por dónde empezar. El tema de la película es simple: es la interacción con una inteligencia artificial para descubrir si realmente una máquina puede considerarse inteligente y consciente de sí misma y para determinar si un humano puede interactuar con una IA teniendo plena conciencia también de que no está interactuando con un humano. Se busca dibujar (o desdibujar si se quiere) el límite entre la verdadera inteligencia o autoconciencia y la repetición de comportamientos por aprendizaje o la simulación.

En términos abstractos parece fácil, pero si uno al hablar con una persona no puede distinguir si su interlocutor está siendo honesto y no está fingiendo o inventando, mucho más difícil parece ser descubrir esto mismo en una entidad que se rige por un funcionamiento y una estructura distinta. Y aquí se puede discutir que es el ser el humano el que programa, pero si lo que se busca con la IA es tratar de imitar el racionamiento humano con la capacidad de procesamiento de un computador, entonces las chances de descubrir cualquier engaño son limitadas. Y con esto juega la película, con el juego entre si las emociones o reacciones de Ava son genuinas, aprendidas o sirven para fines personales, frente a la sensibilidad o emotividad que parece inundar la actuaciones de los humanos, que al final nublan su comportamiento racional.



Esta problemática conlleva a una serie de temas que parecen inevitables. Primero está el problema del creador. Lo llamo problema porque cualquiera (o casi cualquiera) que tenga el poder de crear una inteligencia racional en los términos de la película tiene posibilidades de caer en la omnipotencia: yo puedo todo, yo soy como Dios. Sin meterse en cuestiones religiosas, creerse un Dios y creer que se tiene tal poder marea a cualquiera. Parece muy difícil mantener los límites sociales y convencionales entre lo que es moral o inmoral cuando eres tú el que pone las reglas o el marco en el que se puede actuar.  Además, la soberbia impide prever que las cosas puedan escapar de tu control y que en fondo, nadie puede controlar el pensamiento de los demás.

El segundo tema es el de la emotividad. Los humanos son entidades emotivas. Actuamos en base a sentimientos, aunque pensemos que estamos actuando con la cabeza fría, existe una sensación de racionalidad o conveniencia. Y esta emotividad es la telaraña que atrapa a los protagonistas humanos de la película, se dejan llevar por las emociones, ya sea por el enamoramiento o  la soberbia, estas emociones son concluyentes para ellos, y por decirlo de alguna manera, sellan sus destinos.

El tercer tema, y en el que no quiero parece una loca fanática es el sexismo. No creo que la película en sí sea sexista, pero el comportamiento del creador de Ava sí lo es. Nathan, el creador, construye una entidad femenina idealizada, idealizada a SUS estándares. En la misma película el otro personaje le pregunta que por qué sexualizar la IA. La respuesta del creador es que la sexualidad es un aspecto inherente a toda criatura. Parece un hecho innegable, pero esa no es ni la pregunta ni la respuesta correcta. La pregunta es por qué este creador utilizó el sexo femenino en sus robots en términos de sumisión. Y aquí es donde no quiero parecer fanática, porque si los protagonistas fueran mujeres y crearan un robot para su placer, la pregunta sería la misma, y la respuesta va hacia el tan bullado tema de la igualdad de género, que es harina de otro costal. Pero como el karma sí existe, todos terminan pagando sus culpas y por sus errores.


Dejando de divagar, Ex Machina me sorprendió totalmente. Sabía muy poco de la trama y venía convencida de que no me iba a gustar. Pero me gustó, y mucho. Había escuchado bastante de lo buena que era y que todos estaban tan emocionados y blah blah pero en verdad merece ser vista. Porque pese a que traté de hablar un poco de los que creo son sus temas de fondo, hay muchas más cosas o interpretaciones que darle, ya que en estas películas que van del brazo de la ética y la tecnología no hay una respuesta concluyente, depende de cada uno.

Así que recomiendo totalmente Ex Machina. No es una película larga ni densa y da mucho para pensar. Es sutil y estéticamente intrigante. Tiene pocos personajes y los escenarios se mezclan entre ambientes al aire libre y espacios claustrofóbicos.  Para mi no hay un malo, lo que es discutible, pero sí una badass leading lady, lo que es innegable. Y ojo que hay que tomar nota, porque al parecer, el fascinante tema de la inteligencia artificial, como vaticina la película, convertirá a la los humanos en fósiles como a los dinosaurios. 

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